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"En mi vuelta, fui a la tienda de animales favoritos para preparar sus artículos. Pagué unos mil yenes. En la sección vecina se venden gatos extranjeros unos decenas de miles yenes.
"Mi mujer lo temía por no haber cuidar nunca. Pero la cuasa del gato, a ella le entusiasma mucho hasta el punto de sentir como se niño. Por fin está subscripta a una revista especial de gatos. A propósito, la foto de arriba estuvo publicado en esa revista.
"En aquel momento, era yo un fiador garante de un matorimonio español joven. Como el marido se parecía a gato, puse por nombre Roberto. Y creamos que el cumpleaños es el primero de abril.
"Al pricipio, estaba viril y guapo, pero ahora termina engordando. Y anda como elefante vacilando gran aflojamiento de su vientre como una marejada que guste a Surfer.